Los gobiernos de una u otra manera no renuncian a los logros que dicen haber obtenido con las últimas reformas laborales en la creación de empleo. No suelen profundizar en el análisis de la degradación de las condiciones de contratación y trabajo producida, derivada de dichas reformas. Tampoco citan la evidente relación causal de estas reformas con el incremento de la accidentabilidad laboral observada a partir del año 2013 y el aumento de las desigualdades en salud asociado al deterioro de las condiciones de vida de los nuevos trabajadores y sobre todo trabajadoras. El incremento del consumo de ansiolíticos, el aumento de los indicadores de incapacidad temporal, la extensión de las y los trabajadores pobres son otras tantas expresiones del modelo elegido por el PP y el PSOE para salir de la crisis financiera. En favor de los mayores poseedores de riqueza y en detrimento de los sectores sociales más desfavorecidos.