Está probado que la salud es el fruto de la interacción de múltiples determinantes, incluidos factores genéticos, maneras de vivir, de relacionarse, de alimentarse o de conducir, estilos de ocio, redes sociales de apoyo comunitarias y múltiples condiciones socioeconómicas, laborales, culturales y ambientales.
También el desarrollo de la propia identidad, cómo se realiza la socialización de chicos y chicas, las formas de vivirse como hombre o mujer y de vivir la sexualidad, las posiciones que hombres y mujeres ocupan en la vida pública y en la privada y su participación en las decisiones, etc. hacen ganar o perder salud.
La prevención y mejora de la salud individual y colectiva requiere trabajar a lo largo de las diferentes etapas de la vida y en los diferentes espacios en que se nace, crece, estudia, se divierte, trabaja, etc. desde una perspectiva amplia de salud física, emocional y social.
La coeducación y educación afectivo – sexual son básicas para que en cada edad chicos y chicas desarrollen recursos y habilidades que les permitan entender y manejar las situaciones vitales de todo tipo que les toque vivir: amistad, enamoramiento, ocio, familia, discriminación, violencia... y prevenir enfermedades y conductas de riesgo, pudiendo así desarrollarse plenamente y vivir de manera satisfactoria, positiva y saludable, ganando salud.
La sociedad actual que les toca vivir caracterizada por la diversidad familiar y afectivo-sexual, nuevas formas de vida, múltiples informaciones y contactos a través de redes sociales y teléfono móvil, varias parejas sexuales, “sexualización” de la publicidad, visibilización de abusos y violencia sexual, etc. hace todavía más necesaria la educación afectivo – sexual en igualdad y requiere educación en todos los escenarios posibles: familia, centros educativos, centros de salud, centros de salud sexual y reproductiva, espacios de ocio, etc. en la senda que ya llevan años caminando muchos países de Europa.
Eskolae incluye 4 aprendizajes: El aprendizaje de la crítica y responsabilidad frente a la desigualdad: la autonomía e independencia personal, El aprendizaje del liderazgo, empoderamiento y participación social y el aprendizaje de la sexualidad y buen trato, para que chicos y chicas puedan avanzar en su proyecto propio, desde la libertad y la diversidad de opciones, sin condicionantes de género, aprendiendo a identificar las desigualdades, a luchar contra ellas y a ejercer su derecho a la igualdad en el ámbito de su cultura, religión, clase social, situación funcional, etc. ¿Quién se puede negar a ello?
Que las familias quieran desarrollar la coeducación y la educación afectivo – sexual en el hogar, es una alternativa loable. Pero si chicas y chicos van a tener interinfluencias sí o sí en el ámbito educativo y otros ámbitos, ¿por qué desperdiciar la oportunidad y experiencia de este espacio? Hoy por hoy un importante número de jóvenes declara falta de información y educación sexual o utilizar como fuentes sus búsquedas en internet, la televisión o la pornografía y sufren las consecuencias asociadas a ello. ¿Dónde queda el derecho de la infancia a su educación?
También el desarrollo de la propia identidad, cómo se realiza la socialización de chicos y chicas, las formas de vivirse como hombre o mujer y de vivir la sexualidad, las posiciones que hombres y mujeres ocupan en la vida pública y en la privada y su participación en las decisiones, etc. hacen ganar o perder salud.
La prevención y mejora de la salud individual y colectiva requiere trabajar a lo largo de las diferentes etapas de la vida y en los diferentes espacios en que se nace, crece, estudia, se divierte, trabaja, etc. desde una perspectiva amplia de salud física, emocional y social.
La coeducación y educación afectivo – sexual son básicas para que en cada edad chicos y chicas desarrollen recursos y habilidades que les permitan entender y manejar las situaciones vitales de todo tipo que les toque vivir: amistad, enamoramiento, ocio, familia, discriminación, violencia... y prevenir enfermedades y conductas de riesgo, pudiendo así desarrollarse plenamente y vivir de manera satisfactoria, positiva y saludable, ganando salud.
La sociedad actual que les toca vivir caracterizada por la diversidad familiar y afectivo-sexual, nuevas formas de vida, múltiples informaciones y contactos a través de redes sociales y teléfono móvil, varias parejas sexuales, “sexualización” de la publicidad, visibilización de abusos y violencia sexual, etc. hace todavía más necesaria la educación afectivo – sexual en igualdad y requiere educación en todos los escenarios posibles: familia, centros educativos, centros de salud, centros de salud sexual y reproductiva, espacios de ocio, etc. en la senda que ya llevan años caminando muchos países de Europa.
Eskolae incluye 4 aprendizajes: El aprendizaje de la crítica y responsabilidad frente a la desigualdad: la autonomía e independencia personal, El aprendizaje del liderazgo, empoderamiento y participación social y el aprendizaje de la sexualidad y buen trato, para que chicos y chicas puedan avanzar en su proyecto propio, desde la libertad y la diversidad de opciones, sin condicionantes de género, aprendiendo a identificar las desigualdades, a luchar contra ellas y a ejercer su derecho a la igualdad en el ámbito de su cultura, religión, clase social, situación funcional, etc. ¿Quién se puede negar a ello?
Que las familias quieran desarrollar la coeducación y la educación afectivo – sexual en el hogar, es una alternativa loable. Pero si chicas y chicos van a tener interinfluencias sí o sí en el ámbito educativo y otros ámbitos, ¿por qué desperdiciar la oportunidad y experiencia de este espacio? Hoy por hoy un importante número de jóvenes declara falta de información y educación sexual o utilizar como fuentes sus búsquedas en internet, la televisión o la pornografía y sufren las consecuencias asociadas a ello. ¿Dónde queda el derecho de la infancia a su educación?
Plataforma Navarra de Salud/Nafarroako Osasun Plataforma
Pamplona/Iruñea, 27 de diciembre de 2018.
Pamplona/Iruñea, 27 de diciembre de 2018.
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