Ante
los excepcionales momentos que vivimos debido a la crisis sanitaria
provocada por la pandemia de Covid-19, desde la Plataforma
Navarra de Salud, siendo conscientes de que la complejidad de la
situación hace difícil su análisis completo, queremos hacer algunas
consideraciones:
1-
Se está evidenciando la necesidad y la suerte que tenemos como sociedad
de contar con una sanidad pública universal de calidad,
algo que deberemos seguir recordando una vez esta crisis pase. Ni los
seguros privados de salud ni las clínicas privadas están siendo ni van a
ser herramientas útiles para una situación en la que no hay oportunidad
de lucro. Respecto a este aspecto, debemos
denunciar que si bien se han tomado con firmeza medidas oportunas que
restringen libertades individuales para garantizar el confinamiento, no
parece que exista la misma determinación para tomar las riendas de los
recursos sanitarios privados ni para la razonable
paralización de la actividad económica no esencial.
2-
Se evidencia, de igual manera, que las medidas de salud pública, la
Atención Primaria y la toma de conciencia de la población en
el sostenimiento de la salud colectiva resultan esenciales, la
herramienta más poderosa que tenemos en este momento contra el
coronavirus. Se están llevando a cabo potentes campañas de salud
pública, con una fuerte complicidad social. Esta sería una dinámica
a mantener en el tiempo no para afrontar una problemática concreta como
la actual sino en beneficio de una mejor salud de la población, una
salud menos medicalizada, más consciente e informada.
3-
En lo que se refiere al mundo del trabajo, siempre hemos defendido que
la salud esté por encima de los intereses de aumento del
beneficio empresarial por lo que hemos denunciado el papel de las
Mutuas patronales. Ahora, vemos que por ahora el Gobierno y muchas
empresas siguen priorizando el mantenimiento de la actividad a la
protección de la salud y la vida de las plantillas, algo
que debemos rechazar como sociedad. Las mutuas parecen estar ausentes
en esta guerra contra el coronavirus. La responsabilidad de que esto
ocurra es de la Seguridad Social y del Gobierno, incapaces de proceder a
integrar las mutuas en el Sistema Público de
Salud para más allá de realizar sus tareas de atención a personas
accidentadas o enfermadas por el trabajo, ponerlas a hacer prevención
superando el actual sistema preventivo privado y ajeno a las empresas
que está mostrando su tremenda debilidad.
4- Respecto a los colectivos más vulnerables:
Ancianas y ancianos:
por una parte se ha podido constatar el gran papel social que ejercen
en los cuidados
y las consecuencias sociales al no poder confiarles en estos momentos
el cuidado de niñas y niños. Por otra parte, se está viendo a las claras
la precariedad laboral y de medios que se da en los centros
socio-sanitarios en los que las personas mayores pasan
sus últimos años de vida. Estos dos hechos muestran la gran carencia de
recursos para atender las edades más tempranas y la inadecuación de la
privatización de los cuidados de las edades más avanzadas de la vida.
Migrantes:
tras años de reclamar una sanidad para todos y todas, sin exclusiones,
nos abochorna ver cómo
ahora se cuenta con personas migrantes a las que no se ha dado
posibilidad de convalidar sus títulos, anunciando además que una vez
pasada la crisis sus títulos volverán a no servir.
Personas presas y CIES:
recordemos que recientemente en la cárcel de Pamplona han pasado un
tiempo sin asistencia
médica, lo que no es sino un ejemplo de la vulnerabilidad de estas
personas en lo que a su salud se refiere. Ya es momento de que el
Servicio Navarro de Salud-Osasunbidea asuma también la atención a la
salud en la cárcel. Mención aparte se merecen los centros
de internamiento para extranjeros en los que se da hacinamiento y
reclusión injustificada.
5-
Respecto al papel del ejército simplemente decir que no podemos
permitir que se aproveche esta situación de miedo para hacer valer
uno de los pilares del estado más cuestionado socialmente, el ejército.
Las simbólicas acciones que propagandísticamente están llevando a cabo
no justifican el despilfarro económico destinado
a gastos militares. Todo ese dinero se debe destinar a gasto social. No
necesitamos escopetas en esta crisis, para desinfectar edificios y
calles no hace falta saber desfilar.
6-
Sobre el cuestionamiento de grupos étnicos y naciones sobre su
responsabilidad en la extensión de la enfermedad, queremos manifestar
nuestra más enérgica repulsa. No podemos permitir la injustificada
búsqueda de chivos expiatorios cuando lo que debemos hacer es
reflexionar sobre la insostenible manera en la que hemos permitido que
funcione un mundo globalizado en el que es posible que en
el período de tres meses un contagio local se pueda extender por todo
el mundo. Si no cambiamos, de mano del cambio climático, ésta no será la
última crisis sanitaria global que vivamos.
Creemos
que en los actuales tiempos debemos redoblar nuestros intentos de
reflexionar y de mantener una mirada crítica a la vez que
constructiva pues sabemos que el aturdimiento puede ser aprovechado por
las élites, quienes no piensan sino en sus intereses particulares. Por
eso hemos querido compartir nuestro análisis y animamos a toda la
sociedad a defender la necesidad de poner la vida
en el centro de las políticas sobre cualquier otro aspecto.
Nafarroako Osasun Plataforma /Plataforma Navarra de Salud
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