El pasado diez de noviembre, miembros de la Plataforma Navarra de Salud/Nafarroako Osasun Plataforma nos reunimos con el Consejero de Salud, con su Jefa de Gabinete y con el Director General de Salud, para tratar diversos temas del ámbito sanitario como la Oferta Pública de Empleo (OPE)/estabilización de plantillas, la reestructuración de los Servicios de Urgencias Rurales (SUR) o la concertación con centros privados. Además, incidimos con especial énfasis, dedicando la mayor parte del tiempo de la reunión, a la situación de la Atención Primaria (AP), dado que su progresivo deterioro y desprestigio, la están llevando al colapso.
La porción de población que cuenta con un seguro privado de salud ha crecido en los diez últimos años del cinco al diez por ciento, señal inequívoca de la percepción que la sociedad tiene del Sistema Sanitario Público y también de que la mala marcha de la sanidad pública favorece al sector privado. Este es el motivo por el que reclamamos una AP de calidad y por el que llevamos décadas denunciando el paulatino deterioro de la AP por la falta de presupuesto y recursos. Por falta de apuesta, en definitiva. Así, mientras desde los sucesivos gobiernos se ha manifestado que la AP es el pilar de la Sanidad Pública, ninguno de ellos ha sido capaz de dotarla a la altura de sus declaraciones.
Sabemos que los llamados condicionantes sociales (las desigualdades sociales, las condiciones laborales, el paro, la pobreza energética, etc), inciden fuertemente en la salud de las personas y es, precisamente el personal de los centros de salud quien está más en contacto con la población y sus problemas socio-sanitarios. De hecho, sólo un 40% de las consultas de los centros de salud se abordan con tratamientos médico-quirúrgicos, en el resto se actúa sobre los condicionantes sociales, desde la cercanía y la relación directa entre el personal sanitario y la población. Cada Zona de Salud tiene una problemática diferenciada, que evoluciona con el paso del tiempo y es el Centro de Salud desde donde se deben detectar y adecuar a ella su trabajo y objetivos.
No obstante, tras cuarenta años de funcionamiento, la AP necesita una remodelación. Desde una concepción de trabajo en equipo, por una parte, se deben actualizar las funciones de Admisión, para lo que se requiere habilitar formación específica y fidelizar el personal administrativo que las lleva a cabo. También se debería fortalecer el papel de Trabajo Social y su coordinación con el resto de estamentos. Por otra parte, habría que dar mayor protagonismo a Enfermería, avanzar en la presencia de otros perfiles como TCAE, Psicología, Fisioterapia, Prevención de Riesgos Laborales... Asimismo, es necesario que el 80% de las consultas sean presenciales para recuperar el contacto directo con la población y volver a incidir en la mejora en la práctica de las labores que se vienen realizando hasta la actualidad: la prevención, el trabajo comunitario, el seguimiento de procesos crónicos, la educación para la salud, atención domiciliaria cuando se precisa, … Sin duda, una AP con profesionales motivados, tiempo adecuado de consulta y los recursos necesarios, podría contribuir en gran medida a la disminución de las listas de espera, dadas las numerosas pruebas que puede realizar y/o evitar y la coordinación que puede establecerse con las distintas especialidades.
En esa reunión les informamos de las mociones aprobadas durante el curso pasado en 60 ayuntamientos navarros (373.560 habitantes), en las que se recogía la exigencia al Gobierno de Navarra de: 1) el reforzamiento de la AP y de la sanidad pública, 2) el cese de las derivaciones y los conciertos con la privada, 3) la consolidación de las plantillas, 4) un modelo de atención de carácter público a la tercera edad, 5) reformulación y fortalecimiento de la atención a la salud mental y 6) una nueva Ley Foral de Salud.
Rueda
de prensa en la que se presentaron los apoyos a la
moción (13/01/2023).
Son puntos que consideramos imprescindibles que planteamos a la nueva Consejería de Salud, sobre los que mantendremos toda nuestra atención, ya que la defensa de la sanidad pública nos compete a toda la población.
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