En los próximos días el Parlamento de Navarra aprobará los presupuestos para 2026. Tras estudiar detalladamente los correspondientes al Departamento de Salud, vemos dos aspectos especialmente preocupantes.
Los fondos destinados siguen siendo claramente insuficientes:
El gasto propuesto para Salud, aunque crezca con respecto al año 2025 el 3,4% es claramente insuficiente pues no permite corregir el déficit histórico de inversión y por tanto hacer frente a las urgentes necesidades actuales. Las políticas y prioridades continúan sin cambios significativos, reflejando un compromiso del gobierno con el Sistema Público de Salud visiblemente mejorable.
Seguimos estando muy lejos del gasto que realizan en Salud países de nuestro entorno con similar nivel de riqueza y con los que habitualmente nos comparamos.
El presupuesto para Atención Primaria (AP) sigue manteniéndose inmutable en el 14% del total y no hay avances en el compromiso de incrementar su peso hasta alcanzar progresivamente el 20%, tal como reclaman las personas expertas, y esto a pesar de las reiteradas declaraciones públicas por parte de los responsables políticos sobre la importancia de impulsar la Atención Primaria. Esta falta de compromiso se ve reflejada en el escaso crecimiento del personal de Atención Primaria - un 1,7% - frente al 3,0% de crecimiento en los hospitales que siguen siendo el centro de nuestro sistema de asistencia sanitaria.
También resulta llamativo que el presupuesto para formación apenas crezca un 1,7% y llama especialmente la atención la disminución del 7,7% en formación de AP. La formación del personal es una línea estratégica para orientar el Sistema Público de Salud y a sus profesionales hacia las nuevas necesidades.
La indefinición de políticas, prioridades y sistemas de evaluación y gestión, también reflejan la falta de proyecto y un escaso compromiso con el Sistema Público de Salud.
Año tras años venimos observando un crecimiento continuo de los fondos destinados a controlar las listas de espera hospitalarias, para 2026 crecen el 13%, a pesar de los magros resultados y de que las listas siguen preocupantemente descontroladas. No es de extrañar, ya que no hay ninguna evaluación rigurosa, ni de balances de los gastos, ni de la eficacia de las medidas tomadas ni se han seguido las recomendaciones que la Cámara de Comptos ha emitido al respecto.
Con relación a las partidas destinadas a inversiones, es urgente definir un Plan de inversiones y evitar la gran variabilidad, sobre todo de las inversiones en alta tecnología de los hospitales. Es más, las inversiones en hospitales debieran priorizar los planes de humanización y los circuitos de hospitales de días y actividades sin estancia hospitalarias.
Por otro lado, la Atención Primaria, necesita urgentemente remodelar muchos de sus Centros para adaptarlos a las nuevas necesidades y requerimientos, poder incorporar nuevas actividades, desarrollar programas sociosanitarios y de rehabilitación etc.
Sigue preocupando el gran peso que tiene el gasto en Farmacia en el conjunto del sistema. Prácticamente el 23% del gasto total de salud es en fármacos. Destaca el crecimiento del gasto farmacéutico hospitalario en un 12,4% en el Hospital Universitario de Navarra y un 16,0% en el Hospital Reina Sofía de Tudela.
Aunque el gasto en Conciertos se incrementa un 1,7%, mantiene su peso cerca del 7% del gasto total. Porcentaje especialmente inquietante, sobre todo si tenemos en cuenta que no se han llegado a realizar evaluaciones periódicas –tal y como ha recomendado en repetidas ocasiones la Cámara de Comptos- que permitan justificar el recurso a Centros privados. Destaca el fuerte crecimiento - 46,2% - de la partida destinada al Centro Josefina Arregui, sin que esté explicada la razón de este.
En resumen, estos presupuestos se caracterizan por su continuidad y ausencia de cambios estructurales relevantes. Hace falta dar un golpe de timón a los Presupuestos en Salud en dos sentidos:
En primer lugar, incrementando decididamente el gasto total de los presupuestos, y prioritariamente incrementando la financiación de la AP, en personal, inversiones y formación.
En segundo lugar, desarrollar acciones de evaluación que permitan mejorar la eficiencia del gasto, eliminando o reduciendo aquellas partidas destinadas a listas de espera y/o conciertos que no aporten evidentes mejoras a los resultados en salud. En esta misma línea, también es urgente tomar medidas que controlen el gasto farmacéutico y que contribuyan a disminuir la preocupante medicalización de la sociedad.
Seguimos y seguiremos insistiendo en el necesario esfuerzo presupuestario del, y para, el sistema público de salud, tal como llevamos haciéndolo desde hace más de 12 años.
Pamplona/Iruña noviembre de 2025/2025eko azaroa
Asociación para la Defensa de la Salud Pública de Navarra
Nafarroako Osasun Publikoaren Aldeko Elkartea
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