domingo, 3 de julio de 2016

Presentes en 28 lugares diferentes de Grecia, Médicos del mundo interviene en los campos con las clínicas móviles


Médicos del Mundo. 21 de Junio de 2016,
Imagen de Olmo Calvo del equipo de Médicos del Mundo Grecia prestando atención sanitaria en las instalaciones Olímpicas abandonadas de Atenas donde hay miles de refugiados viviendo.
Europa desatiende las necesidades fundamentales de miles de personas refugiadas
En un contexto de crisis humana sin precedentes, el pasado 20 de junio, dedicado a todas las personas refugiadas, nos recordaba que tanto el derecho humanitario internacional como el derecho de asilo están siendo ultrajados de forma cotidiana en Europa.

Nuestra organización, asociación médica de solidaridad internacional que ayuda a estas personas desde hace casi 40 años, está alarmada por su gran vulnerabilidad en sus países de origen, en los países de acogida y en las rutas migratorias. Principalmente en Grecia, donde transitan cientos de miles de personas refugiadas.
Desde la entrada en vigor del acuerdo entre la Unión Europea y Turquía el pasado 18 de marzo, 50.000 personas refugiadas están bloqueadas en Grecia y sobreviven en condiciones sanitarias degradantes. Frente a esta crisis, la red europea de Médicos del Mundo ha movilizado y reforzado sus equipos médicos.
Presente en 28 lugares diferentes en Grecia, interviniendo directamente en los campos gracias a las clínicas móviles, nuestra organización realiza cada día centenares de consultas médicas y psicológicas.
En 2015, se realizaron más de 30.000 consultas en Lesbos y Chios; 14.000 en Idomeni. Hemos atendido con prioridad a las personas más vulnerables, siempre numerosas, como mujeres embarazadas, niños y niñas, personas heridas o con enfermedades crónicas.
Con el objetivo de dar una mejor respuesta a las necesidades fundamentales de estas personas, hemos llevado a cabo también un estudio, procedentes principalmente de Siria. El 86% de las personas interrogadas declararon haber sufrido violencia en su país de origen y/o en el trayecto de su ruta migratoria. Los más jóvenes huyeron escapando de un enrolamiento militar forzoso, las mujeres solas con niños, sin protección, buscando encontrarse con su familia instalada en Europa.
En Turquía, país por el cual transitan, algunas personas refugiadas se han visto obligadas a pagar 500 dólares para poder acceder a un campo de refugio. Entre las personas que lograron encontrar un trabajo, la gran mayoría ha recibido un salario un 30% inferior que una persona trabajadora de nacionalidad turca. Hemos registrado numerosos casos de violencia por parte de la policía turca.
Todas estas experiencias traumáticas tienen consecuencias dramáticas para estas personas. El estado de salud psíquica y mental de aquellas personas que han logrado llegar a la Unión Europea vía Grecia sobreviviendo a la travesía de 10 kilómetros, está muy degradada. Solamente el 14% de estas personas declaran encontrarse con buena salud, cuando más de las tres cuartas partes de personas refugiadas recibidas en nuestras clínicas consideran que están sufriendo psicológicamente. Las que permanecen en Grecia sobreviven acampadas en campos a cielo abierto con grandísimas necesidades médicas.
Ante esta situación, continuamos condenando el acuerdo UE-Turquía, que viola el derecho de asilo y los Convenios de Ginebra. Las personas refugiadas toman cada vez más riesgos para tratar de llegar a esta fortaleza en la que se ha convertido Europa y el número de personas muertas es inaceptable. Reiteramos la urgente necesidad de abrir vías legales y de garantizar a todas estas personas la posibilidad de solicitar asilo en el país de su elección. La Unión Europea debe respetar los derechos fundamentales de las personas refugiadas, garantizando a lo largo de la ruta migratoria la protección especial de mujeres, niños y niñas, que ahora son la mayoría.

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