Con esta nota desde la Plataforma Navarra de Salud queremos reclamar que la Atención Primaria debe recuperar el papel central de respuesta a la pandemia que se le ha hurtado y también alertar del riesgo de privatización y aumento de desigualdades sociales en salud si se permite la incursión del sistema sanitario privado en la administración de las vacunas frente a la COVID-19.
Nuestras y nuestros responsables del Departamento de Salud dicen en público apostar por el fortalecimiento de la atención primaria de salud, de los centros que atienden las 52 zonas básicas en las que está dividida Navarra entendiendo que son agentes activos de equidad en salud, garantes de la universalidad de los derechos sanitarios, piezas clave de promoción y prevención, valladar frente a la pandemia etc.
Sorprende por ello que todas y cada una de las intervenciones nucleares contra la pandemia como la realización de pruebas PCR, rastreos o vacunación, se hagan desde estructuras y recursos atípicos como los ubicados en Refena, laboratorios privados o boxes móviles desplazados desde Toulouse. A veces incluso con personal de atención primaria incentivado económicamente para su traslado.
En el caso de las vacunas además de los recursos atípicos citados se han incluido a hospitales privados en la administración de las vacunas para sus plantillas. Y se hace sin explicar a la sociedad, y a las trabajadoras y trabajadores de estos centros, los mecanismos de control del cumplimiento de los protocolos de priorización establecidos a la hora de recibir la vacuna. Viendo la que está cayendo en términos de fraude aun cuando se procede a vacunar desde entidades públicas, no es baladí exigir a las y los responsables de la Administración sanitaria que den a conocer las herramientas de control ideadas para garantizar el cumplimiento de los criterios de priorización de vacunación establecidos para los centros privados.
Para mayor preocupación el Ministro de Inclusión, Migraciones y Seguridad Social, José Luis Escrivá, parece haber ofertado a las Comunidades Autónomas el uso de recursos humanos de las mutuas en la vacunación de las y los trabajadores en respuesta al ofrecimiento de dichas entidades empresariales.
Antes que nada, las autoridades sanitarias debieran explicar cómo el personal de estas entidades va a transmitir la información sobre las y los trabajadores vacunados a los Registros públicos o a la Historia Clínica Individual (HCI) del Sistema Sanitario Público, Osasunbidea en nuestro caso. No vaya a ser que con la excusa de la pandemia se les permita a las mutuas acceder a la HCI, vieja aspiración de estas entidades empresariales que supondría un grave ataque a los derechos a la salud de las y los trabajadores.
En otro orden, ¿la dispensación de la vacuna por parte de la mutua podría poner en cuestión la libertad del Trabajador/a a la hora de optar por vacunarse o no vacunarse al pensar que puede usarse su decisión con fines discriminatorios en el trabajo o en la renovación de su contrato?
Quizás el Sr. Ministro debiera hacer el ejercicio de responder a algunas sencillas preguntas antes de contestar a la oferta mutual dando por bueno su compromiso de respeto de los criterios de priorización de los colectivos laborales a vacunar.
¿Estas entidades podrían garantizar el comenzar la administración de las vacunas por la trabajadora de ETT, el eventual o el de limpieza?, ¿o sería por la Dirección de las empresas? ¿Por qué tipo de empresas comenzarían la administración: por las pequeñas y el trabajo autónomo o por las grandes corporaciones? ¿Por las actividades que contratan a personal temporero o por las del metal?
A nuestro entender sólo la dispensación de la vacuna desde atención primaria de salud puede garantizar el dar cumplimiento efectivo de los criterios de priorización de colectivos a mayor riesgo de exposición o de mayor gravedad de la enfermedad dictados desde los intereses de la salud pública.
Plataforma Navarra de Salud / Nafarroako Osasun Plataforma
No hay comentarios:
Publicar un comentario