martes, 10 de enero de 2017

El envejecimiento de la población agranda la brecha de género en el mercado laboral



María Irún González — Madrid 3 Ene, 2017 - 1:45 pm
Si la brecha de género en el acceso y supervivencia al mercado laboral ya ha sido siempre lo suficientemente amplia, el Consejo Económico y Social (CES) de España advierte ahora, en un nuevo informe, de un factor que provocará que esta brecha sea mayor: el envejecimiento de la población.

Con la tendencia demográfica actual, pronto los grupos de mujeres mayores de 40 años tendrán más peso que los de menores de esta edad. Las generaciones nacidas en la época del baby boom -años 60 y 70- se irán acercando a la edad de jubilación y los pensionistas serán notablemente más numerosos que los actuales. La propia población en edad de trabajar estará más envejecida.
A la preocupación por las consecuencias para la productividad que esto pueda tener -no sólo las personas serán más mayores, sino que su esperanza de vida saludable también está disminuyendo- se le suma un factor que el CES pone de manifiesto en su informe, el del abandono del mercado laboral de la mujer para dedicarse a los cuidados informales de un familiar.
Y es que “no puede olvidarse que en la actualidad las mujeres de entre 55 y 65 años son las principales proveedoras de cuidados informales a la población dependiente”, aseguran. “Es importante tener en cuenta que la población mayor de 65 años va a crecer de manera significativa en los próximos años, incrementándose también el segmento de los mayores de 90 años, que por lógica sufre las mayores tasas de discapacidad y dependencia, lo que añadirá nuevos retos a una sociedad que acusa ya un notable envejecimiento”, prosiguen.
Si la población trabajadora envejece, significa que la mayoría estará encuadrada en el segmento de mayores de 40-45 años. Esto, sumado al hecho de una mayor incidencia de personas dependientes, provocará, según el informe, que las mujeres -que representan el 90 por ciento de los cuidadores familiares- tengan cada vez menos representación en el mundo laboral y, por tanto, menor acceso a la prestación por jubilación y percepción de menores cuantías. Según el CES, en 2014 “la pensión media de jubilación de las mujeres era de 743 euros al mes, mientras la de los varones era de 1.197 euros al mes”.
El Gobierno debe proporcionar la protección social
Las dificultades que encuentran muchas familias para disponer de servicios formales de cuidados asequibles, suficientes y de calidad, contribuyen a cronificar la situación de las mujeres como cuidadoras de familiares menores o dependientes, un problema que tenderá a empeorar como consecuencia del envejecimiento de la población”, asegura el CES.
Esta ausencia de “cuidados formales”, que según el Consejo deberían proveer los propios gobiernos, provoca que la mujer se convierta automáticamente y por convenio social en la responsable de cuidar al familiar dependiente. “En 2013, España ocupaba uno de los últimos lugares de la antigua UE-15 en cuanto a gasto público, medido como porcentaje del PIB, para atender a los cuidados de larga duración”, detalla el CES.
Además, afirma que, de mantenerse las tendencias demográficas previstas, estas “añadirían presión al sistema de protección social, que habría de incrementar los recursos implicados en la atención a la dependencia tanto para mejorar la calidad de vida de estos mayores como para aliviar la carga de cuidados que recae en las mujeres limitando, de hecho, sus posibilidades laborales”.
Las mujeres sufren mayor temporalidad laboral, una peor remuneración, su porcentaje de paro es mayor por la lenta entrada al mercado laboral y lo costoso de despojarse de su rol doméstico. Sin embargo, esa entrada al mercado laboral “no se ha traducido de manera significativa en una menor atribución de responsabilidades domésticas”, como reseña el CES en su informe, lo que provoca que se produzca la llamada “doble jornada” -es decir, jornada en su puesto de trabajo y jornada a su llegada al hogar- y un freno a la igualdad entre hombres y mujeres.
Recomendaciones del CES contra esta situación
La eliminación de los estereotipos sexuales, que se encuentran en la base de las actitudes y los comportamientos discriminatorios por razón de género, debe afrontarse con todos los instrumentos, evitando, entre otros, el tratamiento sexista de la imagen de las mujeres en los medios de comunicación e información públicos y privados”, recomiendan.
Asimismo, el sistema educativo debe jugar un papel determinante en la consecución del objetivo de la igualdad a medio y largo plazo, reforzando desde el nivel de educación infantil y hasta los ciclos de formación superior los valores de convivencia, tanto más cuanto que los datos de las encuestas muestran en los últimos años un retroceso en términos de actitudes y comportamientos en torno a la igualdad de género en las segmentos de población más joven”, sugiere además el Consejo.
Reforzar los instrumentos de atención a la dependencia, lograr que la figura de la cuidadora informal sea excepcional y, en definitiva, mejorar avanzar en la protección social de las mujeres son los pilares que ayudarán a evitar que la brecha de género en el mercado laboral se convierta en insalvable.

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